El pasado domingo, un submarino comenzó una excursión hasta los restos del Titanic, pero luego de un par de horas se perdió el contacto.

El operativo para dar con el submarino Titán de la empresa OceanGate Expeditions vive sus horas críticas, esto tras conocerse que les quedarían unas 20 horas de oxígeno.

El pasado domingo, luego de dos horas que se perdiera la comunicación con el submarino se perdió la ubicación del mismo mientras estaba en el descenso hacia los vestigios del Titanic. El último martes se esperaba que lleguen buques especializados en aguas profundas y de expertos de la Marina.

En el interior del navío se encontraban Hamish Harding, Shahzada Dawood, Suleman Dawood, Paul Henry Nargeolot y Stockton Rush.

La noche del martes se anunció que se detectaron ruidos en la zona en la que se busca el sumergible. En una entrevista con CBS News, el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger, detalló que la víspera varias boyas de sonar desplegadas por aviones detectaron “ruido en el agua”.

“No sabemos la fuente de ese ruido, pero hemos compartido esa información con los expertos de la Marina”, que están intentando “ubicar la fuente de esos ruidos”, detalló.

Preguntado por lo frecuente que es encontrar sonidos en el mar, Mauger precisó que la zona, donde naufragó el Titanic, es “un sitio increíblemente complejo” donde “hay mucho metal y diferentes objetos en el agua”.

“Por eso es tan importante que contratemos a expertos de la Marina que entienden la ciencia detrás del ruido y pueden clasificar o darnos mejor información sobre cuál puede ser la fuente de ese ruido”, insistió.

Existen varias teorías de lo que pudo haber pasado con el sumergible. Una de esta es la del profesor de ingeniería marina en University College London, Alistair Greig, que pudo haber tenido uno de estos dos problemas. Uno de estos pudo ser un problema eléctrico o de comunicaciones, aunque con esto sí podría haber salido a la superficie y flotar.

“Otro escenario es que el casco de presión estuviera dañado”, señaló en un comunicado. “Entonces el pronóstico no es bueno”.

La rotura del casco reduciría las posibilidades de encontrar con vida a los tripulantes ya que la presión actuaría sobre sus cuerpos.

Greig agregó en el Daily Mail que una presión de este tipo sería 380 veces mayor que la que se encuentra en la superficie, lo cual puede ser catastrófico para el cuerpo humano. (I)