El cáncer de mama es el que más afecta a las mujeres y es una de las principales causas de muerte en la región de las Américas.
En Ecuador, en 2021, el sistema nacional de salud reportó 4 326 casos atendidos por tumor maligno de mama y se registraron 1 056 muertes, según las cifras de egresos hospitalarios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
«Es una enfermedad que avanza a pasos agigantados, en Quito, por ejemplo, ya es la primera causa de muerte en mujeres, antes era el de cuello uterino», dice la oncóloga del Hospital Metropolitano Amparito Basantes.
Al igual que muchas enfermedades y cualquier tipo de cáncer, la especialista recuerda que mientras más pronto se detecte, existen más posibilidades de que un tratamiento oportuno e incluso se puede curar.
Eco y mamografía
En al caso del cáncer de mama, Basantes resalta la necesidad de dos exámenes que se usan como screening o cribado, que constituye una medida de prevención con el fin de detectar posibles patologías de forma precoz.
El primero es un eco mamario. Este examen es útil para observar cambios en los senos, como masas o cambios en mujeres con tejido mamario denso.
El segundo examen es la mamografía. Esta se utiliza para detectar cambios en las mamas que podrían ser cancerosos en personas que no presentan signos o síntomas.
La oncóloga recomienda que se realice un eco anual desde los 25 años y a partir de los 38 una mamografía.
Basantes indica que en la actualidad lo más aconsejable es que la mujer, desde los 38 años, se haga los dos exámenes, es decir, el eco mamario y la mamografía ya que son complementarios.
«Los resultados de ambos permiten conocer si la mama está normal o si hay un elemento que necesite un seguimiento específico o algo más invasivo para llegar a un diagnóstico», agrega la especialista.
Por el contrario, si hay antecedentes familiares de la enfermedad los controles anuales deben empezar antes, a los 18 o 20 años.
Un factor que destaca Basantes es que los dos controles se hagan en sitios que cuenten con los equipos adecuados y profesionales experimentados. Además, lo más recomendable es que los exámenes se realicen en el mismo sitio para dar un seguimiento y que el paciente cuente con la historia de años previos.
Autoexamen
El autoexamen de mamas es un chequeo que la mujer se realiza para buscar cambios o problemas en el tejido mamario.
Si bien podría ser un primer paso para observar la presencia de algún tipo de anormalidad, la oncóloga menciona que es muy subjetivo y no es el ideal para detectar la enfermedad.
Basantes explica que, por ejemplo, para sentir una bola o un nódulo deben medir mínimo un centímetro. Difícilmente, agrega, se puede palpar algo milimétrico, que solo se puede ver en la imagen.
«No hay que descartar los autoexámenes, todo ayuda, pero tampoco se puede reemplazarlo por el eco y la mamografía», sostiene.
En ese sentido, la especialista insiste en la necesidad de la ecografía y mamografía a la edad que corresponde y en el lugar adecuado, lo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.